Cuidado con tener demasiados frentes abiertos y estar dando vueltas en la misma rotonda.
Por el atajo del "después"
se llega a la calle del "nunca".
Explora la naturaleza para encontrar tu equilibrio. Actividades como el senderismo, paseos por la playa o junto al río reducen la actividad de la amígdala y generan cambios positivos en las redes asociadas al miedo y el estrés. Conectar con el entorno nos permite conectarnos con nosotros mismos.
La naturaleza va más allá del verde: sus paisajes son una paleta de colores y formas que nos invitan a explorar un mundo diverso y fascinante.
Lo que vemos es nuestra perspectiva, no la verdad absoluta.
La biodiversidad es esencial para la sostenibilidad de la vida, cada organismo tiene un papel fundamental y único que desempeñar.
La responsabilidad es clave: hay que ser consecuente y hacer todo lo que este en nuestras manos para no romper el equilibrio natural.
"El secreto no es correr detrás de la mariposa, es cuidar el jardín para que ellas vengan hacia ti". Mario Quintana.
Es una forma gratuita de mejorar la conectividad de diferentes áreas cerebrales. Te estarán agradecidos tu glándula pineal y el nervio vago, que de vago nada.
No olvides de dónde vienes, recuerda tus raíces y que no determinen tu destino.
Nos vemos atrapados a realidades tan habituales como pagar la hipoteca, facturas de agua, luz, gas y teléfono, entre otras; por no hablar del combustible y la cesta de la compra, lo que no debe limitar nuestra capacidad de vivir con actitud.
Friedrich Nietzsche, en su obra 'Más allá del bien y del mal', nos enseña que el espíritu libre es aquel que sostiene sus convicciones a pesar de las presiones sociales. Eres tú, no las expectativas que lo demás tienen sobre ti. Trata como te gustaría ser tratado y da sin esperar nada a cambio. Lo que yo llamo: "dar de corazón".
Explora otras culturas y formas de vida.
¡Amplía tus horizontes!
Las personas resilientes aguantan mejor la presión, tienen mayor equilibrio emocional en momentos de estrés.
Durante una de nuestras profundas conversaciones, mi gran amigo Matu - con quien comparto esa conexión especial de poder comunicarnos en silencio - me brindó una valiosa lección. Siendo él estudiante de ingeniería agrónoma y yo de sociología, me dijo: "rodéate de personas que actúen como abono, de fertilizantes; si mejoramos la calidad de la tierra, facilitamos el crecimiento de la planta". La esencia de la vida reside en las compañías que elegimos.
La interacción entre niños y ancianos ha desempeñado un papel fundamental en la historia de la humanidad. Los ancianos transmiten sabiduría y los niños transforman comportamientos y motivaciones de los adultos, infundiéndonos nobleza y generosidad.
Cuando un viejo muere, una biblioteca arde.
Alimenta la chispa del niño que llevas dentro. Si sientes que se ha apagado, ¡rescátalo! El hecho de que lo hayas olvidado no significa que no esté ahí. Si está herido, dale espacio para expresarse. Hazle preguntas, canta, imagina... al fin y al cabo, un adulto creativo es un niño que ha sobrevivido. ¡Celebremos y riamos!
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